miércoles, 31 de julio de 2013

Centenario de la publicación del folleto de Stalin «El marxismo y la cuestión nacional»

Hace cien años que este artículo fue publicado, con el título «La socialdemocracia y la cuestión nacional», en tres entregas, en los números de marzo, abril y mayo del 1913 de la revista bolchevique Prosveshxenie (Ilustración). Será a partir de esa primera publicación cuando pasará a ser conocido como «El marxismo y la cuestión nacional», uno de los libros de cabecera durante muchos años sobre el problema nacional dentro del movimiento comunista internacional y que tuvo gran influencia sobre la cuestión durante gran parte del siglo XX.
El contexto de la publicación
El libro se adentra en el debate en que en aquella época estaba inmersa la socialdemocracia internacional y, muy especialmente, el mismo Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. La iniciativa en la búsqueda de una teorización marxista sobre la cuestión nacional la habían llevado los llamados austromarxistas, encabezados por Otto Bauer y Karl Renner. Ante la influencia que sus reflexiones iban alcanzando en Rusia, tanto entre los mencheviques como en el Bund (la organización socialdemócrata que reunía la mayoría de los trabajadores judíos no sionistas), los bolcheviques decidieron tomar cartas en el asunto entrando firmemente en el debate. Por otro lado, dentro de la socialdemocracia, Rosa Luxemburgo defendía la irrelevancia que la cuestión nacional tenía por el proletariado, posición que Lenin se había encargado de combatir con firmeza.
Stalin será el encomendado por el partido para deshacer sus respectivas líneas. Con cuidado especial se entregó a la crítica de las posiciones que, bajo el nombre de autonomía nacional-cultural, el austromarxismo propuso como manera de resolver el problema nacional, sobre todo en la Europa central y oriental, caracterizada por la pervivencia de grandes imperios absolutistas multinacionales.
El objetivo de los austromarxistas era mantener el imperio multinacional permitiendo la expresión de unas diferencias nacionales reducidas. Stalin denunció la autonomía nacional-cultural porque negaba de hecho la autodeterminación de las naciones. Este modelo representaba una reducción folclórica del problema nacional por no sobrepasar el aspecto cultural y lingüístico, eliminando completamente el contenido político de la liberación nacional.
Para los austromarxistas, la cuestión nacional se enmarcaba en una idealista “unidad de carácter” de los miembros que compartían la misma lengua y en una mística “unidad de destino” como comunidad. Si bien el Partido Socialdemócrata Austriaco se declaraba marxista, esta teorización estaba bastante alejada del marxismo. Stalin establecerá algunos de los elementos para hacerle frente y evitar la idealización de la nación.

miércoles, 3 de julio de 2013

ASSUMIRÀS LA VEU D’UN POBLE

Vicent Andrés Estellés
Burjassot (País Valencià) 1924-1993

Assumiràs la veu d’un poble
i serà la veu del teu poble
i seràs, per a sempre, poble,
i patiràs i esperaràs,
i aniràs sempre entre la pols,
et seguirà una polseguera.

I tindràs fam i tindràs sed,
no podràs escriure els poemes
i callaràs tota la nit
mentre dormen les tues gents,
i tu sols estaràs despert,
i tu estaràs despert per tots.


lunes, 22 de abril de 2013

EL MARXISMO Y LA CUESTIÓN NACIONAL

El período de la contrarrevolución en Rusia no ha traído solamente "rayos y truenos", sino también desilusión respecto al movimiento, falta de fe en las fuerzas comunes. Cuando creía en un "porvenir luminoso", la gente luchaba junta, independientemente de su nacionalidad: ¡los problemas comunes ante todo! Pero cuando en el espíritu se insinuaron las dudas, la gente comenzó a dispersarse por barrios nacionales: ¡que cada cual cuente sólo consigo! ¡El "problema nacional" ante todo!
Al mismo tiempo, se producía en el país una seria transformación en la vida económica. El año 1905 no pasó en vano: los restos de la servidumbre en el campo sufrieron un nuevo golpe. Las cosechas buenas que siguieron a los años de hambre y el auge industrial que se produjo después, hicieron avanzar al capitalismo. La diferenciación en el campo y el crecimiento de las ciudades, el desarrollo del comercio y de las vías de comunicación dieron un gran paso adelante. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a las regiones de la periferia y no podía por menos de acelerar el proceso de consolidación económica de las nacionalidades de Rusia. Estas tenían necesariamente que ponerse en movimiento
Contribuyó también al despertar de las nacionalidades el "régimen constitucional", instaurado durante este período. El aumento de los periódicos y de la literatura en general, cierta libertad de prensa y de las instituciones culturales, el desarrollo de los teatros populares, etc. contribuyeron, sin duda, a fortalecer los "sentimientos nacionales". La Duma, con su campaña electoral y sus grupos políticos, dio nuevas posibilidades para reavivar las naciones y un nuevo y amplio campo para movilizarlas.
La ola del nacionalismo belicoso levantada desde arriba y las numerosas represiones desencadenadas por los "investidos de Poder" para vengarse de la periferia por su "amor a la libertad", provocaron, como reacción, una ola de nacionalismo desde abajo, que a veces llegaba a ser franco chovinismo. Son hechos conocidos de todos: el fortalecimiento entre los judíos del sionismo; en Polonia, el creciente chovinismo; entre los tártaros el panislamismo; entre los armenios, los georgianos y los ucranianos, el recrudecimiento del nacionalismo; la propensión general de las gentes de espíritu pequeñoburgués al antisemitismo.
En este momento difícil, incumbía a la socialdemocracia una alta misión: hacer frente al nacionalismo, proteger a las masas contra la "epidemia" general. Pues la socialdemocracia, y solamente ella, podía hacerlo contraponiendo al nacionalismo el arma probada del internacionalismo, la unidad y la indivisibilidad de la lucha de clases. Y cuanto más fuerte fuese la oleada de nacionalismo, más potente debía resonar, la voz de la socialdemocracia en pro de la fraternidad y de la unidad de los proletarios de todas las nacionalidades de Rusia. En estas circunstancias, se requería una firmeza especial por parte de los socialdemócratas de las regiones periféricas, que chocaban directamente con el movimiento nacionalista.
Pero no todos los socialdemócratas, y en primer lugar los de las regiones periféricas, acreditaron estar a la altura de su misión. El Bund, que antes destacaba las tareas comunes, empezó a poner en primer plano sus objetivos particulares, puramente nacionalistas: la cosa llegó a tal extremo, que proclamó como uno de los puntos centrales de su campaña electoral la "celebración del sábado" y el "reconocimiento del yidish". Tras el Bund siguió el Cáucaso: una parte de los socialdemócratas caucasianos, que antes rechazaba, con los demás socialdemócratas caucasianos, la "autonomía cultural-nacional", la presenta ahora como reivindicación inmediata. Y no hablemos ya de la conferencia de los liquidadores, que sancionó diplomáticamente las vacilaciones nacionalistas.
De esto se deduce que las concepciones de la socialdemocracia de Rusia en cuanto a la cuestión nacional no están claras aún para todos los socialdemócratas.
Es imprescindible, evidentemente, proceder a un estudio serio y completo de la cuestión nacional. Es necesario un trabajo coordinado e infatigable de los socialdemócratas consecuentes contra la niebla nacionalista, de dondequiera que venga.

Leer Texto Completo: marxists

lunes, 25 de febrero de 2013

Cuadrado rojo. Realismo pictórico de una campesina en dos dimensiones, de Kasimir Malevich

Cuadrado rojo
En esta obra el cuadrado rojo parece saltar del fondo blanco. El entorno blanco es determinado por el color rojo, que a su vez salta hacia delante. La forma no es ni rectangular ni rígida, más bien posee una inmediatez que emerge con agresividad. Los ángulos palpitan hacia fuera y la superficie roja parece irregular, como una masa hirviendo a borbotones.

El título Campesina en dos dimensiones aparece por primera vez en una exposición temprana e indica el nuevo concepto de realismo de Malevich. Busca formas pictóricas para la nueva figuración no objetiva. En 1915 la guerra, las huelgas generales y las revueltas forman parte del día a día de Rusia. La Primera Guerra Mundial acompañada de la ofensiva alemana del Báltico amenazaban Rusia. El Cuadrado rojo de Kasimir Malevich fue concebido como el arquetipo de los cambios que el orden internacional experimentaba. Representaba el mundo de este lado, era "la señal de la revolución", una premonición artística de la Revolución de Octubre de 1917.

Fuente: Malevich (Ed. Könemann)

viernes, 22 de febrero de 2013

El derecho de las naciones a la autodeterminación

¿QUE ES LA AUTODETERMINACION DE LAS NACIONES?

Es natural que esta cuestión se plantee ante todo cuando se intenta examinar de un modo marxista la llamada auodeterminación. ¿Qué debe entenderse por ella? ¿Deberemos buscar la respuesta en definiciones jurídicas, deducidas de toda clase de "conceptos generales" de derecho? ¿O bien hay que buscar la respuesta en el estudio histórico-económico de los movimientos nacionales?

Leer Texto Completo: Marxist.

jueves, 21 de febrero de 2013

Preguntas de un obrero ante un libro


¿Quién construyó Tebas, la de las siete Puertas?

En los libros aparecen los nombres de los reyes.

¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?

Y Babilonia, destruida tantas veces,

¿quién la volvió siempre a construir?

¿En qué casas de la dorada Lima vivían los constructores?